El consumo de combustible siempre ha sido un tema muy importante para todos los fabricantes de automóviles. En los últimos 50 años la ingeniería ha dado grandes pasos en este sentido, pero retrocedamos en el tiempo y volvamos a los años 80. En la década de máximo éxito de Duran Duran o Simple Minds , en Francia Renault trabaja en un prototipo de coche con un consumo récord de combustible.
Se denomina Vesta II, acrónimo de Véhicule
Econome de Systèmes et Technologies Avancées , es decir, Vehículo
Económico con Sistemas y Tecnologías Avanzadas , y su objetivo es
responder a un pedido específico del Ministerio de Industria nacional:
construir un vehículo capaz de consumir -de media- menos de 3 l/100 km .
El proyecto
El Renault Vesta II se presenta al público con una carrocería con una particular forma de gota recortada, capaz de generar un Cx único de 0,186. Al igual que la partícula de agua, el automóvil no tiene un tamaño uniforme: es más ancho y más alto en la parte delantera y más bajo y más estrecho en la parte trasera.
De hecho, el capó delantero está diseñado como una extensión del parabrisas, que a su vez está diseñado inclinado a 57°, para unir aerodinámica y visibilidad. La luneta trasera, por su parte, se erige perfectamente vertical, para cortar los flujos aerodinámicos. Para reducir el peso en la carretera, las puertas están construidas en termoplástico, con vidrio pegado y combinadas con elementos delanteros y traseros de aluminio, por razones de seguridad.
Finalmente, los flujos de aire del compartimiento del motor también son cuidadosamente canalizados por los ingenieros de Renault , gracias a un panel capaz de moverse y regular automáticamente la entrada de aire, con el objetivo de mantener la temperatura del motor dentro de los límites óptimos de funcionamiento. Hablando precisamente de este último, se trata de un tricilíndrico de tan solo 716 cm3, capaz de entregar unos 27 CV a 4.250 rpm.
El record
El 23 de junio de 1987, pocos meses después de su presentación, el Renault Vesta II batía el récord mundial de consumo de combustible. Se lleva a cabo en la autopista de Burdeos a París con el periodista automovilístico Jean-Pierre Gosselin al volante y un juez a su lado.
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